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Los ejecutivos que reconocen la toma de decisiones como un proceso de grupo que se desarrolla con el tiempo aumentan sus probabilidades de tomar decisiones más efectivas. ¿Por qué? Porque, al dedicarle tiempo al proceso, son capaces de identificar y evaluar las asuntos relacionados con la toma de la decisión. Al involucrar a otros, ellos sopesan diferentes perspectivas y profundizan la discusión. Quizás aun más importante, al adoptar un método basado en procesos, es más probable que logren una mayor aceptación de la decisión, y a una implementación más efectiva. El proceso de la toma de decisiones, se puede dividir en tres fases: • Fase 1: Establecer un contexto para el éxito: es el momento en el que usted establece los parámetros para la toma de decisiones. Usted decidirá quién debe participar y cómo operarán como grupo. • Fase 2: Evaluar la situación y elegir un curso de acción: es cuando usted determina la causa raíz del problema que intenta resolver y discute posibles soluciones. Al final de esta fase, su grupo debe llegar a una decisión. • Fase 3: Comunicar e implementar la decisión: es la etapa final, durante la cual usted notificará a las partes interesadas sobre la decisión de su grupo y adoptará medidas para ponerla en acción. Tenga en cuenta que en este tema se tratan decisiones de negocios que son importantes y de largo alcance. Se asume que tales decisiones no pueden ser tomadas con efectividad por un individuo operando en aislación. Sin embargo, muchos de los principios generales comunicados en este tema se pueden aplicar a decisiones pequeñas que, cualquiera sea la razón, necesitan tomarse individualmente. Seguir un método basado en procesos durante la toma de decisiones tiene sus ventajas. Entender que la toma de decisiones es un proceso que se desarrolla con el tiempo puede conducir a una mayor aceptación de la decisión y a una implementación más eficaz.